“Nuestras obras son espacios para la libertad, para descubrir, para imaginar, pero por sobre todo, para compartir”.
La propuesta de Fundación Cazadores para bebés, niños y niñas en vacaciones de invierno propone un cruce de disciplinas artísticas que incluye talleres, obras de danza, teatro y circo, narraciones, rondas de canciones y una instalación inédita de la compañía Flotante.
Durante las vacaciones de invierno, Fundación Cazadores abre las puertas de su espacio a bebés, niños y niñas y lxs invita a ser parte de una experiencia interdisciplinaria.
Del 19 al 30 de julio, Pequeños Cazadores propone actividades de miércoles a domingo, entre las que se destaca Tropical, una instalación lúdica y participativa de la compañía Flotante, en coproducción con Cazadores.
“Estamos muy emocionadas por esta alianza con Fundación Cazadores”, cuentan
Azul Borenstein y Natalia Chami, fundadoras de Flotante, cuyas tres instalaciones anteriores, hasta ahora, habían sido independientes, con el apoyo de subsidios del estado.
“Es un gran desafío pensar estas experiencias para que todas las edades salgan felices y enriquecidas de igual manera. Para que se den encuentros únicos y extraordinarios en las familias, entre la gente que no se conoce, en un tiempo de calidad nuevo”.
De miércoles a domingos, de 11 a 13 hs. y de 15 a 19 hs., el primer piso de Cazadores recibe a bebés, niñas y niños pequeños para que exploren el maravilloso mundo de las aves, a partir de distintas narrativas estéticas y poéticas: su capacidad para construir nidos donde proteger y acunar a sus crías, sus infinitas formas de volar y de cantar, sus ritmos, sus ciclos de vida. “Con Tropical, la emoción comienza observando la naturaleza”, mencionan Borenstein y Chami. “Las familias van a encontrarse con un universo lumínico y de sombras, colorido, y sonoro, Con una metáfora de la vida y del tiempo, del día, del tránsito hasta una noche de luna llena”.
A través de móviles, nidos colgantes para habitar y hamacarse, cuevas, huevos, colores y sonidos, las familias experimentan una experiencia visual, sonora y estética inmersiva en la que vivencian un día en el hábitat de las aves. “Nos fascinan sus huevos, sus cantos, sus increíbles y diversos nidos. Los sentimos casitas, cunitas, refugios de amor para sus crías. Los imaginamos bajo el sol de Trópico, en una luz y calor exhuberante, donde la vida crece y se expande sin pedir permiso y en su máxima expresión”, agregan.
A diferencia de anteriores obras, Tropical no incluye actuación, para dar lugar a la escucha, la imaginación y, sobre todo, al juego participativo. “Nuestras obras son espacios para la libertad, para descubrir, para imaginar, pero sobre todo, para compartir con otres”.