Desierto

Nicolás Licera Vidal y Sofía Kauer
Tutoría: Iván Haidar

Fundación Cazadores presenta, del 25 de septiembre al 15 de octubre, Desierto, de Nicolás Licera Vidal y Sofía Kauer, uno de los proyectos ganadores de Impulso Cazadores, el programa que acompaña a artistas en todo el proceso creativo de un proyecto transdisciplinario en desarrollo.

En la obra, la dupla conformada por Nicolás Licera y Sofía Kauer concibe y desarrolla una acción: el perfomer/ artista mezcla harina, agua y levadura configurando un objeto de 70 kg, idéntico peso al que posee su propio cuerpo humano en escena. Esa materia conseguida, que suele conocerse con el nombre de masa, no tiene aquí como punto inicial una forma o uso definidos, sino que refiere a la unión de aquellos elementos básicos. La consolidación del objeto complejiza luego sus efectos cuando en esa relación de “cuerpos” semejantes el paisaje avanza en una coexistencia y medición de identidades, sujetas a factores como el calor, la fuerza y el tiempo.

Desierto es uno de los proyectos seleccionados por el Programa Impulso Cazadores/obras en residencia 2023. Este programa está direccionado a acompañar procesos artísticos en desarrollo, brindando colaboración tanto en la instancia de gestación de la obra como en la etapa de su consumación en sala. Se orienta hacia aquellos artistas que estén enfocados en experiencias transdisciplinares, se encuentren desplazando los bordes de sus disciplinas de origen o transportándose a nuevas materialidades. Para tal fin, cada artista seleccionado mediante una convocatoria abierta cuenta con el acompañamiento de un tutor convocado especialmente para la ocasión en base a las características del proyecto. Así mismo, a lo largo de los cuatro meses que propone la residencia, cada proyecto cuenta con un espacio de trabajo, la colaboración del equipo de Fundación Cazadores y sala _imán para su montaje y período de exhibición

Sobre Sofía Kauer y Nicolás Licera Vidal

Sofía Kauer y Nicolás Licera Vidal son una dupla de artistas que a partir de la danza, sus disciplinas de origen, trabajan conjuntamente en procesos desde los cuales producen obras en video, objetuales y de escritura. Sus últimas piezas han explorado materiales e ideas en torno al tiempo, el archivo, el lenguaje como modo de acceso al pasado y el vínculo entre corporalidad y cosidad.

Como dupla, los artistas han participado del Laboratorio de Acción del Teatro San Martín, de los Programas de performance ArteBA, de Artistas de la Universidad Di Tella y Artistas x Artistas, de la Bienal de Arte Joven y del Festival de Danza Contemporánea, entre otros espacios. 

 

Texto de sala

Desierto se propone reunir en escena a un humane -munido de su temperamento, sus gradientes de sensorialidad, emoción y caudal histórico- y a una materia que comporta exactamente su mismo peso: 70 kilos.

En ese cuerpo a cuerpo de gravitaciones similares, la sustancia pasará por diversos estadios: desde el esparcimiento volátil de sus mínimas partículas constitutivas, aisladas e ínfimas, a su portentosa contextura. Es con aquel volumen suntuoso con el que el humane se medirá, como abrazado a un bautismo iniciático, a un reto de resistencia, o a una prueba sacrificial durante los cincuenta minutos que dura la obra.

¿Qué es lo que incita al actor a éste antojadizo tête à tête? ¿Qué se propone al encaramarse sobre ese imprevisto ring e instituir allí aquella pulseada con la materia, por momentos amorosa y por otros ríspida? La pieza concebida por Sofía Kauer y Nicolás Licera Vidal conversa con esta pregunta inscribiendo delicadas trazas de gesta heroica: su coloratura y su nombre la acercan a posibles acoples con los doce trabajos de Heracles o las diez pruebas de Abraham; su carácter hondo, la interna en las espesuras de un viaje embriagador y metafísico.

Mariana Obersztern

 

 

Un desierto muy fértil, por Iván Haidar

 

Acompañar un proceso creativo es para mi, principalmente, un trabajo de perspectivas. En principio, trabajar en conjunto para dar visibilidad a los enunciados del objeto en cuestión, para ponerlos en relación con la materialidad. Desde ahí, alejar y acercar, moverse a un lado, girar o cerrar los ojos.

La fertilidad de este suelo que propone la investigación de Sofía y Nicolás está dada en la nobleza del material elegido y el tratamiento que decidieron darle. Desde el inicio encontré un campo minado de imágenes, de potenciales sentidos sugeridos, sin imponer en esa masa de abstracciones ni modos, ni estados para acompañarla. Me sentí convocado a cuidar ese lugar liminal entre ser algo y dejar de ser otra cosa.

Cada proceso adquiere su lenguaje y muchas veces lleva tiempo hablar en el mismo idioma. Podría decir que llegué a esta región con un vocabulario bastante próximo, lo que seguramente esté dado nada casualmente desde la curaduría de Mariana. Pero más allá de las cercanías del lenguaje, que puedan facilitar obviamente la comunicación, diría que trabajar en un proceso de tutoría es, cada vez, aprender a tutorear. Construir un vínculo. En este caso particularmente, ya estar en una relación casi sin conocerse. Arriesgado, ¿no? Sin dudas es un ejercicio dinámico que puede resultar de muchas formas, porque sabemos que el enamoramiento es un estado transitorio y el amor una creación colectiva, como una obra.

Desierto resultó ser un bosque, mi lugar favorito en el mundo. Una pieza preciosa que se deja ser paisaje para contemplar, tan misterioso y peligroso como la noche a cielo abierto.